Harto
ya de alabar tu piel dorada,
tus
externas y muchas perfecciones,
canto
al jardín azul de tus pulmones
y
a tu tráquea elegante y anillada.
Canto
a tu masa intestinal rosada
al
bazo, al páncreas, a los epiplones,
al
doble filtro gris de tus riñones
y
a tu matriz profunda y renovada.
Canto
al tuétano dulce de tus huesos,
a
la linfa que embebe tus tejidos,
al
acre olor orgánico que exhalas.
Quiero
gastar tus vísceras a besos,
vivir
dentro de ti con mis sentidos...
Yo
soy un sapo negro con dos alas.
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